Yamila Miguel es una de las tres mujeres que integran, junto a 40 hombres, una misión que busca develar los secretos más profundos de Júpiter. También es de las pocas que dicta clases en la Universidad de Leiden en Holanda. «Nunca esperé que me den un lugar», dijo a Infobae sobre cómo es desempeñarse en un ambiente tradicionalmente masculino
Sin dudas, el máximo anhelo de quien se dedica a estudiar el cosmos será llegar a hacerlo en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA (por sus siglas en inglés). Es que desde su fundación en 1958, por allí pasan las principales investigaciones aeronáuticas y aeroespaciales.
Claro está que para convertirse en científico la curiosidad debe ser condición excluyente. Sólo quien se inquiete por el origen de todo lo que lo rodea podrá llegar lejos en ese campo.
Cuando Yamila Miguel decidió estudiar astronomía, seguramente no imaginaba lo que el destino tenía deparado para ella. O sí. Porque dicen que a la suerte hay que ayudarla, y ella puso todo de sí para estar donde está: forma parte de la misión Juno en la NASA, diseñada para develar los más profundos secretos de Júpiter y es profesora en la Universidad de Leiden en Holanda, donde además continúa sus estudios sobre exoplanetas, para obtener una mejor comprensión de sus orígenes.
Como parte del equipo científico, Yamila utiliza los datos enviados por Juno para estudiar la estructura interna de Júpiter y acercarse un poco más a conocer sus orígenes
«Yo llegué hasta acá porque estudié un montón; me formé en la educación pública desde jardín de infantes hasta mi doctorado -comenzó a contar Yamila a Infobae-. Mi mamá fue madre soltera hasta mis diez años y cuando se casó con quien yo digo que es mi papá siempre me apoyaron y me motivaron a que estudie lo que quisiera, por eso siempre insisto en que un poco si llegué hasta donde estoy es por ellos».
Obtuvo su licenciatura en Astronomía en 2007 en la Universidad Nacional de La Plata y se doctoró en 2011, como becaria del Conicet. De 2011 a 2014 hizo un postdoctorado en el instituto Max Planck de Astronomía en Alemania, y entre 2015 y 2017 trabajó en el Observatorio de la Costa Azul, primero con una beca postdoctoral Henri Poincaré y luego como becaria postdoctoral de la Agencia Nacional Espacial Francesa.